Alicia en el Pais de las Maravillas

El lenguaje en pleno delirio.

El Correo de la Selva

La Voz de los sin Voz,ácido, realista y mágico como la realidad latinoamricana.

De Ushuaia a la Quiaca

Música, música y más música.Y de la mejor.

3 idiotas

Una joya de Bollywood.

Mononoke Hime

Una maravilla de Miyazaki absolutamente sublime.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Don´t Stop Me Now

Por Leonel Córdoba


Hoy Google pone su habitual Doodle en conmemoración de una fecha importante, en este caso, le tocó al aniversario del nacimiento de Freddie Mercury. La idea y el desarrollo son buenísimos, imposible dudarlo. Fantástico. Quizá muchos se enteraron de este “evento” porque la radio, la tele, los portales de Internet, los contactos de las redes sociales, etc. se hicieron eco de la animación.
 
Los medios potenciaron esta creación, que merece los halagos, y hablaron de “lo que hizo Google”. No fue el 65º aniversario del nacimiento del líder de Queen la noticia o efeméride del día. Fue el Doodle.

Estudié radio y amo la radio, por eso me referiré a este medio exclusivamente de aquí hasta el punto final del presente artículo; lo que haga la tele, no me importa. Mucho menos los portales.

En la radio, los y las columnistas de espectáculos ocuparon sus espacios para hablar de algo que cualquiera que haya abierto Internet apenas se levantó, lo vio. Nada nuevo. La noticia no fue Freddie, fue Google y su animación. Pero no solo eso. Aquellos que no lo habían visto, dejaron la radio de fondo, en el mejor de los casos, o la apagaron para poner “play” a Don´t Stop Me Now. La radio dejó de importar en esos minutos para que Internet sea protagonista, una vez más. El bajo nivel de los columnistas de espectáculos de los programas de radio denominados magazine se va potenciando cada vez más y ya no solo se dedican a hablar de lo que pasó en la tele el día anterior, lo que salió en los diarios y revistas a la mañana, sino que ahora pierden minutos en contar lo que pasa en Internet.

¿Por qué la radio habla tanto de la televisión, los diarios, las revistas y la web; si ninguno de esos medios habla proporcionalmente lo mismo de la radio?
Hoy, esto fue un poco más allá: mientras la radio pedía Don´t Stop Me Now, uno como oyente era tentado a hacerlo para que suene Don´t Stop Me Now.

Göoo!

*Por Alba Cecilia Curia (@AlbaCeCuria)

Siempre que quiero hablar (escribir) sobre algo que me ha dejado fascinada, me empantano. Cuesta encontrar las palabras que describan con exactitud aquello que los sentidos gozan

Miro la pequeña (unos 145 x 100 mm para ser exacta) revista en mis manos y trato de verbalizar lo que me provoca. “…es un proyecto editorial para aquellos ojos que disfrutan de las artes visuales y la expresión gráfica”, declara la auto presentación expuesta en la web pero es mucho (muchísimo) más que eso.

Con una temática por número y varios artistas, cada ejemplar va embrujando desde la primera página. Colores, textos, imágenes, un sinfín de detalles entrelazados a la perfección. Un objetointrigante que pide volver a él una y otra vez. Un reino de ARTE/DISEÑO al que gustos@s nos dejamos arrastrar como Alicia en el pozo.

En mi biblioteca hay apenas 3 maravillas de este mundo editorial:

GÖOO #3 · ROCK, que grita y delira como los acordes de una guitarra enloquecida.

GÖOO #6 · FUTURO,con toda la fuerza y volatilidad de lo imprevisible.

Y el CALENDARIO ILUSTRADO 2009, con postales tan delirante como caprichosas a la hora de elegir “Días Festivos” (ahí está el 12 de Mayo, un buen día para no salir del sobre; o el 14 de Enero, un buen día para no escapar de tus fantasmas). Pero, sin lugar a dudas, todas las piezas Göoo son imperdibles.

Búsquenlas, como un buen cazador a su presa, o un amante al objeto de su afecto. Gocen dejándose arrastrar a este mundo de formas y palabras. No sé si tendrán garantizada la felicidad pero sin un buen instante de placer.








* En la Web de Göoo encontrarán los puntos de ventas una galería con todos los números y otras piezas editoriales.




domingo, 4 de septiembre de 2011

El año de la vaca de Márgara Averbach


Por Blanca Curia @TawyCuria

"Al principio la odiaba, la odiaba igual que Rafael. ¿Cómo no la iba a odiar? Era tan... No sé, me daba miedo hasta mirarla. Miedo y rabia. Siempre tenía los ojos brillantes y húmedos, como si estuviera a punto de llorar, pero uno sabía que no estaba triste. Es más, hasta hace dos o tres días, yo creía que jamás la iba a ver llorar. No la entendía; en el fondo sigo sin entenderla. A pesar de lo mío con Nadia, digo Celeste. Tampoco me acostumbro a ese cambio de nombre.
Pero a la Vaca, la odiaba."
Esas son las primeras palabras con las que nos encontramos en "El año de la Vaca". Palabras que nos llenan de ansias por conocer todo sobre La Vaca, ¿quién es? ¿por qué el odio? Palabras con las que empezamos a hacer suposiciones erróneas, en lo primero que esta redactora piensa es en una profesora vieja, gorda, mala, a la que claramente todos odian, pero nada más lejano a la verdadera Vaca. 
"El año de la Vaca" es relatado por 6 personajes. Los Chicos (Sebastián, Rafael, y Leo-Leonardo) y Las Chicas (Alejandra, Laura, y ¿Nadia? ¿Celeste?) Así, tal como lo transcribo es como los presenta Márgara Avervach.
La historia es la de la Vaca, o es la de ¿Nadia? ¿Celeste? Pero es también la historia de este grupo de adolescentes. Y sobre todo es la historia de un país, una historia que aún no tiene escrito el FiN. De esto nos damos cuenta en la tercera página, cuando Sebastián confiesa: "Lo de Nadia hizo que de pronto me interesaran los noticieros. Y los avisos que salen en los diarios, esos que vienen con una foto y un nombre y cuentan una historia en tres palabras. Juan Ramírez, desaparecido el 4 de abril de 1976 en..." Eso nos da la pauta de que "El año de la Vaca" puede ser cualquier año, y que la historia es la de tantos. Y queremos saber todo sobre Nadia, sobre la Vaca, sobre ese año.
Esta novela de Márgara Averbach lejos está de ser una novela panfletaria. Es la historia de 7 adolescentes, con amores, con descubrimientos, con diferencias, que un año como cualquier otro la vida les cambia para siempre cuando La Vaca los guía hacia la verdad de Nadia, de Celeste.
Averbach le dedica la historia A las abuelas de Plaza de Mayo, que conocen la historia. Y con eso es suficiente para querer hundirse en un libro apasionante, que se lee en poco tiempo, y que es ideal para compartir con hijos, sobrinos, alumos, que se identificarán con la historia y conocerán más de la otra, la historia de Celeste, la de todos.